Son varias las vidas que palpitan en las entrañas de Dar a luz producciones, a partir de cierto momento una historia es una vida para el que la cuenta, y comienza a pugnar por nacer, existir y ser una vida para quien la vea, la escuche, la haga suya.
Yeimy es maestra, enseña algo que nuestro país pide a gritos: confianza. Es profesora de pedagogía y los adolescentes que forma aprenden relaciones en las que la consciencia es una necesidad, el control es colectivo y la confianza, el principio.
Caminar con Yeimy es una aventura en la que comprendemos formas de vivir con la incertidumbre y experimentamos maravillosos asombros. Yeimy es una mujer ciega de nacimiento. La palabra ciega hace parte de su historia, tanto como mujer con discapacidad visual. Ninguna de estas expresiones la define. Ella se define en acciones con las que transforma su vida y las vidas de quienes la rodean.
En este documental sus autores: Yeimy Pachón y Nicolás Buenaventura nos llevan a considerar que nuestra visión es una creación; a indagar los límites del validismo, de la condición de consumidores de imágenes; nos permiten confrontar la importancia que socialmente le otorgamos a la apariencia, al parecer.
Asombros nos propone vivir una experiencia donde se develan algunas de nuestras cegueras y se descubren maneras de ver. Un camino que nos lleva a conocer a Yeimy en sus batallas pasadas y presentes, su fuerza vital, su inteligencia, su percepción del mundo. Con una mirada singular, con una voz local y universal, femenina y contemporánea esta película nos muestra que pensar «con» es más importante que pensar «sobre».
A través de este documental podemos transmitir la idea sencilla de que los seres humanos sí podemos confiar los unos en los otros.
Yeimy Pachón Forero
Largometraje. Documental
Producción: Dar a luz producciones
Actualmente en desarrollo.
La muerte teje la vida de tres mujeres.
Las manos de Matilde detienen la vida. Su amiga le pidió lo más terrible y lo más extraordinario, que la acompañara a morir y que se hiciera cargo de su hija. Matilde la acompañó y crió a Isabel con manos que enfrían, sin caricias. Isabel enseña a morir donde se mata más de lo que se muere. Creció en esa intimidad con una muerte que mutiló, en su cuerpo, el afecto. Tiene una hija, Irene, que juega peligrosamente con la muerte, necesita tocar su misterio para poder vivir.
Los hilos se enredan. Excedida por la indiferencia, Isabel dicta su clase en presencia de un cadáver. Matilde descubre que tiene un coágulo letal. Irene vive la soledad de su madre, se refugia en casa de su abuela y advierte sin entender, el secreto de aquellas manos que matan.
Los nudos se aprietan. Matilde debe enfriar a un moribundo que mató impunemente. Isabel enfrenta la reacción de una estudiante que, resentida por su discurso viola su intimidad y la expone públicamente. Irene vive la experiencia del temible poder de su abuela.
Algunos nudos se cortan, otros se desenlazan. Matilde necesita proteger a su nieta y decide hacerse operar. La operación la deja suspendida entre la vida y la muerte. Isabel da un paso atrás, entiende que para aprender a morir hay condiciones que no está reunidas. Irene asume que un final es otro comienzo, que hay nudos que no se desatan sin consecuencias.